En la ganadería moderna, uno de los retos más importantes es mantener el sistema respiratorio de los bovinos en buen estado, especialmente en los primeros meses de vida y durante los cambios de clima. Una de las enfermedades respiratorias más comunes y subestimadas en el ganado es la parainfluenza bovina tipo 3 (PI3). Este virus puede parecer leve en sus primeras manifestaciones, pero si no se controla a tiempo, puede desencadenar complicaciones severas, pérdidas económicas y problemas de salud crónicos en el hato.
¿Qué es la parainfluenza bovina?
La parainfluenza bovina tipo 3 es una enfermedad viral que afecta principalmente las vías respiratorias superiores de los bovinos. Es causada por un paramixovirus que se transmite de manera muy rápida entre animales, especialmente cuando están en condiciones de hacinamiento, estrés o exposición a cambios bruscos de temperatura.
Aunque el virus por sí solo no siempre causa cuadros graves, su mayor peligro es que abre la puerta a infecciones secundarias, como neumonías bacterianas, que complican mucho más el tratamiento y la recuperación.
¿Cómo se transmite?
El virus se propaga por contacto directo entre animales o a través del aire, en partículas de saliva, secreciones nasales o tos. También puede diseminarse por contacto con equipos, bebederos o superficies contaminadas. Las aglomeraciones, como en el transporte o en corrales de engorde, aumentan notablemente el riesgo de contagio.
Los animales jóvenes, especialmente los terneros destetados, son los más vulnerables, sobre todo si su sistema inmunológico está debilitado o no han sido vacunados adecuadamente.
Síntomas de la parainfluenza en el ganado
Los signos clínicos suelen comenzar de forma leve, pero deben ser atendidos de inmediato. Algunos de los síntomas más comunes son:
• Fiebre leve a moderada.
• Tos seca y frecuente.
• Descarga nasal serosa o mucosa.
• Lagrimeo y ojos llorosos.
• Respiración agitada o dificultosa.
• Pérdida de apetito y decaimiento.
Si el animal desarrolla una infección bacteriana secundaria (como por Pasteurella multocida o Mannheimia haemolytica), los síntomas se agravan y pueden incluir fiebre alta, neumonía, pérdida rápida de peso e incluso la muerte si no se actúa a tiempo.
¿Cómo se trata?
Como toda enfermedad viral, no existe un tratamiento específico para eliminar el virus, pero sí se puede controlar y reducir el daño:
1. Antiinflamatorios y antipiréticos: para bajar la fiebre y reducir el malestar.
2. Antibióticos de amplio espectro: si hay evidencia o riesgo de infección secundaria.
3. Reposo y buena hidratación: se deben aislar los animales afectados y asegurarles un ambiente cómodo, limpio y seco.
4. Suplementos inmunoestimulantes: pueden ayudar a fortalecer las defensas naturales del animal.
La clave está en actuar temprano. Mientras más rápido se detecten los primeros síntomas y se empiece el tratamiento de soporte, mayor será la probabilidad de recuperación sin complicaciones.
Prevención: la mejor herramienta
• Vacunación: es la forma más efectiva de prevenir la parainfluenza. Existen vacunas combinadas que incluyen PI3 junto con otros agentes respiratorios como IBR, BVD y Mannheimia. Lo ideal es aplicarlas a terneros entre 2 y 4 meses, reforzando según el calendario recomendado.
• Reducción del estrés: cambios de corral, transporte o destete deben hacerse de forma gradual.
• Manejo sanitario y bioseguridad: evitar el hacinamiento, limpiar bebederos, y desinfectar las instalaciones regularmente.
• Nutrición adecuada: una buena alimentación fortalece el sistema inmune.
Conclusión
La parainfluenza bovina tipo 3 es una enfermedad viral silenciosa, pero de alto impacto en la producción ganadera. Aunque no siempre causa la muerte directamente, su capacidad para debilitar el sistema respiratorio y facilitar infecciones secundarias puede afectar gravemente el desarrollo de los animales, reducir su rendimiento y aumentar los costos de manejo.
Por eso, invertir en prevención, vacunación y un buen manejo del estrés es esencial para mantener la salud del hato. Recordemos que un animal respirando bien es un animal que come bien, crece mejor y produce más. La parainfluenza no debe subestimarse: detectarla y actuar a tiempo puede marcar la diferencia entre una finca eficiente y una llena de pérdidas evitables.
Comentarios
Publicar un comentario